22 Jun OZONOTERAPIA EN LA FATIGA CRÓNICA
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad relativamente frecuente, especialmente en mujeres; por cada 100.000 habitantes afecta a 522 mujeres y a 291 hombres. Se caracteriza por la sensación de fatiga persistente, que no corresponde al esfuerzo realizado y que no se resuelve con el descanso.
Además del cansancio excesivo, se acompaña de otros síntomas, tales como dolor de cabeza, dolor de las articulaciones y de los músculos, trastornos gastrointestinales, alteraciones cognitivas (memoria, afección de los reflejos, sensación de aturdimiento…), alteraciones de la visión, etc.
Esta enfermedad se relaciona, tanto con trastornos de falta de perfusión sanguínea como por una mayor incidencia de enfermedades de tipo infeccioso, sobre todo viral. De hecho, no es infrecuente el comienzo de la enfermedad después de un proceso viral, tipo meningitis, Epsein Barr o incluso gripe. Una hipótesis es un sistema inmune hipersensible, que reacciona de manera exagerada frente a exposiciones infecciosas sutiles, a las que todos podemos estar expuestos, pero sin padecer los síntomas.
Si se miden las sustancias que producen nuestros sistemas de defensa para combatir la agresión de los intrusos (interleuquinas, factores de necrosis tumoral, etc.), los podemos encontrar anormalmente elevados.
Además, se viene barajando la posibilidad de un déficit en el sistema antioxidante, lo que lleva a considerar la enfermedad como un trastorno más desarrollado con el estrés celular y con el acumulo de radicales libres por tener un sistema antioxidante deficitario, que llega a afectar a la fragilidad de los glóbulos rojos..
Según lo expuesto, la potenciación del sistema antioxidante se convierte en la diana terapéutica, con lo que se propone en la literatura el tratamiento con medidas que estimulen este sistema, como son el aporte vitamínico extra (vitaminas C y E) y los suplementos dietéticos con sustancias como selenio, glutatión reducido, N-acetilcisteina, ácido alfa-lipoico, coenzima Q-10, ginkgo biloba, etc.
Aún así, el tratamiento de la enfermedad no es nada esclarecedor, y debido a lo poco efectivo de las medidas terapéuticas habituales, recientemente el Dr. Bocci introdujo con éxito el tratamiento con autohemoterapia.
En el año 2004, el Dr. Frank Hernández y su equipo demostraron en pacientes con asma atópico, que se podían reducir las inmunoglobulinas (Ig E) responsables de la respuesta exagerada y no apropiada que da lugar a la estrechez de los bronquios. Al mismo tiempo, el sistema antioxidante mejoró, ya que sabemos que el estrés oxidativo se relaciona con la capacidad de repeler los agentes extraños, potencialmente dañinos. La mejora pues, del sistema de defensas, crucial ante esta enfermedad, queda sobradamente demostrada con este y otros trabajos.
El efecto oxigenante de los tejidos y del sistema muscular también jugarán una baza a favor para tratar la fatiga muscular, pues también hemos sabido recientemente que los músculos fatigados no tienen una lesión evidenciable al microscópico, pero sí tienen una mala gestión en el almacenamiento energético (niveles de ATP) y en el uso del escaso oxígeno de que disponen.
Por todo esto, el incremento de la actividad del sistema antioxidante, y las propiedades estimuladoras del sistema inmune posicionan a la autotransfusión ozonizada como la alternativa estrella cuando las demás opciones no son suficientes.
LA OZONOTERAPIA EN CLINALGIA.
Sin perder la referencia del espíritu científico e investigador que nos avala, como miembros de la Sociedad Científica Española de aplicación de oxígeno-ozono para el estudio de la Ozonoterapia, consideramos que:
1.- Las dosis y concentraciones recomendadas nunca sobrepasarán las científicamente aprobadas y recomendadas por las distintas investigaciones y las distintas Sociedades internacionales.
2.- Estamos en disposición de ofrecer información científica al respecto tanto a pacientes como a profesionales de la salud.
3.- Las expectativas son buenas y los riesgos se consideran inexistentes. La mejora de la calidad vida de los pacientes sanos o con tratamientos paliativos y con sufrimiento crónico justifica que se amplíen las líneas de estudio e investigación en torno a la ozonoterapia.
Al igual que otros muchos autores, en Clinalgia consideramos que el ozono es el agente preventivo por excelencia. Ampliamente desarrollado en países como Suiza, Alemania, Austria, Rusia, Cuba e Italia, ha demostrado ser una alternativa natural y sin riesgo, no sólo para los pacientes que sufren, si no para aquellos que desean un abordaje preventivo, como vehículo para favorecer un futuro con mejor calidad de vida.
En próximas entregas iremos desarrollando, a un nivel coloquial, un breve repaso sobre el efecto beneficioso de la ozonoterapia en relación con distintos sistemas orgánicos y cómo puede, tanto ayudar a controlar diversas enfermedades, como contribuir a que las mismas no se desarrollen.
En Clinalgia estamos a disposición de todo aquel que, profesional de la medicina o no, requiera información especializada sobre cada uno de los temas que se desarrollan en esta sección.
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