Consejos y recomendaciones sobre el Dolor

Consejos y recomendaciones sobre el Dolor

Vía SED (Sociedad Española del Dolor
Beatrice Sofaer, Ph.D., RN 
David Niv, M.D. Presidente EFIC 1999-2002
Marshall Devor, Ph.D., Comité EFIC de Publicaciones 1999-2002

 Durante la última década ha habido muchos avances en el campo de la medicina, pero desafortunadamente todavía no existen «curas» para muchos tipos de dolor. A pesar de ello, actualmente disponemos de diferentes tratamientos que pueden ofrecer un alivio parcial (y en algunos casos alivio completo), y ciertos tratamientos que sólo pueden ofrecerle los profesionales de la salud que poseen conocimientos específicos para el tratamiento del dolor crónico.

El dolor es una experiencia individual compleja que incluye aspectos sensoriales, emocionales y sociales. Es importante comprender que un mismo dolor no será experimentado de igual forma por distintas personas. Esto es porque los mensajes que el dolor envía a nuestro cerebro son interpretados de forma diferente por las distintas personas, y porque nuestra experiencia individual en la vida diseña la forma en que experimentamos y expresamos nuestro dolor.

Sabemos que el dolor suele ser una advertencia de nuestro cuerpo avisándonos de que algo no funciona correctamente.

En ocasiones, nuestro propio sistema de alarma falla y emite un aviso innecesario, porque la alarma del dolor puede ser emitida incluso cuando no existen enfermedades o lesiones.

Cuando la alarma del dolor se dispara y no se puede identificar el motivo, piense que el dolor está haciendo su trabajo, …. tómelo en serio.

El principal problema lo encontramos en los dolores que deberían desaparecer, pero no lo hacen. No existe un tiempo específico tras el cual un dolor agudo se convierte en crónico; esto depende de la forma individual de cada dolor y persona. Por regla general, si el dolor ha durado mucho más de lo que se esperaba cuando comenzó, puede convertirse en un dolor crónico.

El dolor crónico es consecuencia de un cambio o enfermedad persistente en los tejidos, como por ejemplo la artritis, pero otras veces es consecuencia de una alteración o cambio en el propio sistema de alarma.

El nivel de dolor que pueden sufrir las personas teniendo la misma enfermedad o lesiones similares, puede variar mucho. Algunos pueden sufrir enormemente, mientras que otros ni siquiera sienten el dolor.

Muchas personas con dolor crónico quedan incapacitadas para trabajar, añadiendo así la pérdida del nivel económico al problema. Si el tiempo pasa y no se mejora, las personas tienden a hacerse introvertidas y deprimirse, lo cual sólo aumenta la soledad y el aislamiento social.

Conforme el dolor aumenta, muchas personas suelen abandonar su lucha, admitiendo que la enfermedad les ha ganado y consiguiendo entonces que la enfermedad se convierta en un problema que involucra tanto al que sufre como a los que le rodean.

Es un error pensar que, si la enfermedad original no puede ser curada, tampoco puede serlo el dolor.

El tratamiento de la enfermedad del dolor crónico requiere la actuación de un especialista con experiencia en este campo, de la misma forma que es fundamental unos conocimientos específicos para el tratamiento de la enfermedad original.

Si tras un diagnóstico y tratamiento por su especialista, el dolor persiste más de cuatro semanas y no responde a los tratamientos aplicados, puede remitirle a un especialista del dolor o a una unidad de tratamiento del dolor. Las unidades del dolor han sido establecidas en los últimos años para atender las necesidades de las personas que sufren dolor crónico. En estas unidades, los pacientes son tratados por profesionales de la salud expertos en problemas de dolor crónico severo.

El dolor crónico es tan complejo que conlleva problemas físicos y psicológicos. De acuerdo al nivel de recursos de que disponga la unidad de tratamiento del dolor, podrá asumir todas las necesidades que conlleva su tratamiento o podrá remitirle a otro especialista para que le ayude con su caso.

Algunas unidades del dolor ofrecen programas de ayuda para poder volver a la vida normal, ayudando así a vivir de forma activa, incluso si no existe una forma inmediata de resolver el dolor.

Existe una amplia variedad de tratamientos disponibles para paliar el dolor, aunque no todos los tratamientos funcionan por igual con cada persona debido a que el dolor es una experiencia individual.

Lo que puedes hacer por ti mismo, es mantener la actividad física y mental, hacer algo de ejercicio diario, como caminar o nadar; mantener siempre una postura correcta, utilizar el calzado adecuado; es importante aprender a relajarse, así como mantener la actividad social, manteniendo contactos con su familia y amigos. Si debe abandonar una actividad con la que habitualmente disfruta, intente reemplazarla con algo que le estimule o le distraiga mentalmente.

Si tu trabajo implica esfuerzos físicos, explíquele a su superior los factores con los que se enfrenta, pidiendo un cambio de departamento durante un tiempo o realizando otras actividades más ligeras, evitando así el riesgo de perder su trabajo.

El dolor crónico afecta no sólo al que lo sufre, sino a todos aquellos que le rodean, especialmente a la familia más cercana. Intente compartir sus sentimientos negativos con los médicos, y guarde los buenos momentos para compartirlos con su familia y amigos.

Probar varios tratamientos hasta encontrar el adecuado suele funcionar, y siempre es mejor que ir de médico en médico pidiendo distintas opiniones.

Puede que la confianza entre el médico y el paciente tarde en aparecer, y algunos pacientes no logran llevarse del todo bien con su médico. Esto se debe a que quizás haya probado varios tratamientos y se sienta frustrado porque el dolor persiste, pero piense que el profesional se siente igualmente frustrado al no conseguir el fin planeado. Intente mantener una relación honesta con su médico, que está ahí para escucharle y ayudarle en todo lo posible.

Algunos pacientes con dolores crónicos, guiados por sus impulsos, terminan buscando otras soluciones y están deseando «probar cualquier cosa». Existen predadores sin escrúpulos y sin los conocimientos adecuados esperando aprovecharse de esta situación. En algunos casos la gente gasta mucho dinero sin conseguir ninguna perspectiva de futuro. Piense que un tratamiento incorrecto podría empeorar su dolor.

Intente conservar el consejo que su médico le ofrece, especialmente lo relacionado con la administración de medicación.


Clinalgia sigue estando cerca del paciente con dolor crónico. No cejamos en nuestro apoyo y ayuda a estos enfermos. Nuestras condiciones de seguridad son máximas.

Para cualquier consulta puede llamarnos al 968 28 16 25

En Clinalgia tenemos una solución para ti.

No al dolor, la vida es para vivirla.



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