Rehabilitación Deportiva: Física y Psicológica

Rehabilitación Deportiva: Física y Psicológica¿Qué factores maximizan los resultados de una rehabilitación deportiva?

  1. Factores físicos (rehabilitación física deportiva)
  2. Factores psicológicos (psicología deportiva)

Rehabilitación Física deportiva

Para mejorar el rendimiento y evitar lesiones, el trabajo en torno al deportista ha de ser concienzudo y coordinado, trabajando sobre las distintas variables que conforman la optimización.

Estas variables son la intensidad, el volumen, la frecuencia y el descanso.

El trabajo sobre cada una de ellas ha de tener sus tiempos fijados y controlados mediante recuperación biomecánica y sesiones de trabajo de reeducación neuromuscular.

El plan de trabajo anual se puede dividir en varias fases, distintas entre sí, con objetivos diferentes.

Es lo que se conoce como periodización, que permite estructurar el entrenamiento de manera cíclica, aislando los objetivos y el rendimiento de trabajo en cada fase.

Bompa, en 1994, opinaba que “la periodización representa la división del calendario de entrenamiento anual en segmentos más manejables, así como asegura un correcto pico para las principales competiciones del año.

La división del calendario de entrenamiento permite al atleta entrenar de manera sistemática, mejorando la organización del entrenamiento y el rendimiento”.[1]

Desde nuestro punto de vista, la ozonoterapia médica aplicada al deporte tiene un enorme futuro.

La inoculación de un estrés oxidativo controlado da lugar a una optimización antioxidante que prepara al individuo para una respuesta óptima ante retos superiores.

Además reduce los tiempos de recuperación y permitir sesiones más frecuentes sin desgaste, lo que ajustado al plan de periodización mejorará el rendimiento anual por competiciones.

Psicología Deportiva

La psicología deportiva va encaminada conseguir el máximo rendimiento del deportista, trabajando para sincronizar el mejor estado biomecánico con el mejor estado emocional.

En el momento de la competición, la seguridad del deportista puede marcar la diferencia entre un nivel de éxito u otro, pero este estado óptimo en el plano emocional no es fruto de un día, si no que es la consecuencia de un trabajo constante y concienzudo que se ha de extender a lo largo de meses en los que el trabajo de la motivación diaria contribuye a obtener el mejor rendimiento día a día.

El apoyo y el entrenamiento psicológico ayudará a la consecución de metas diarias y a lo largo de la una temporada, o incluso de una carrera.

Persistencia en la consecución de una meta, el aumento del esfuerzo para llegar a ella, la autorregulación de los recursos particulares de cada uno, el aprendizaje de la práctica diaria, el reconocimiento de la necesidad de ayuda para buscarla y encontrarla, la adaptación para hacer frente a las situaciones, la autodestrucción, el afrontamiento inadaptado (como pueden ser las conductas de evitación), el grado de dependencia del ejercicio, etc.

El deportista puede vivir estados psicológicos y emocionales diversos, episodios de seguridad/inseguridad que han de aprender a verse con perspectiva y ser bien encauzados hacia la máxima estabilidad.

El psicólogo deportivo también será importante en los periodos de recuperación, en los que las técnicas de relajación y los ejercicios aprendidos ayudarán a una mejor recuperación bio-emocional para afrontar nuevos retos.[2]

Referencias

[1] Hoover DL, VanWye WR, Judge LW. Periodization and physical therapy: Bridging the gap between training and rehabilitation. Phys Ther Sport. 2016; 18: 1-20.

[2] Brown DJ, Fletcher D. Effects of Psychological and Psychosocial Interventions on Sport Performance: A Meta-Analysis. Sports Med. 2017; 47: 77-99.