En la práctica de cualquier tipo de deporte es muy importante prestar atención a las recomendaciones para la prevención de lesiones deportivas y reducir su incidencia.
Sin duda, la práctica deportiva es beneficiosa para la salud, sin embargo, la carga de las lesiones músculo-esqueléticas relacionadas con el deporte es significativa, especialmente en adultos jóvenes.
El poner en marcha planes de educación para la prevención de lesiones musculo-esqueléticas reduciría la incidencia de artrosis postraumática temprana.
Objetivos para la Prevención de Lesiones Deportivas
Los primeros objetivos para la prevención de las lesiones musculoesqueleticas radican en técnicas de entrenamiento neuromuscular, con adaptación y modificación de hábitos y recomendaciones en el uso del equipamiento accesorio.
Una adecuada reeducación neuromuscular, trabajando de manera balanceada el equilibrio, la fuerza y la agilidad, puede reducir la incidencia de lesiones en hasta un 35%.
Se ha demostrado que el empleo de muñequeras, tobilleras y bandas elásticas ayuda a prevenir los esguinces.[1]
El mejorar la biomecánica de los grupos musculares en torno a una determinada articulación mejora la elasticidad, favorece el trabajo de la fuerza, saca más partido a los planes particulares de entrenamiento y recuperación y evita la aparición de nuevas lesiones.
En general, nuestros protocolos de optimización biomecánica y bioquímica con ozono médico y planes personalizados con nuestros expertos son aceptados, bien tolerados y eficaces.
Fases de la Prevención
Dos fases principales de la prevención en lesiones deportivas:
- Recuperar la elasticidad
- Entrenamiento neuromuscular personalizado
1ª Fase: Recuperar la elasticidad
Cuando en una primera fase recuperamos la elasticidad y el rango de movilidad miofascial estamos previniendo la aparición de tendinitis por tracción, las fracturas de estrés, las periostitis o las roturas fibrilares.
Por ejemplo, si recuperamos la capacidad elástica de la musculatura abdominal y abductora controlaremos la tracción sobre el pubis, recuperando y limitando la posibilidad de que se produzca una pubalgia por tensión muscular sobre la zona.
En los jugadores de baloncesto se puede emplear un protocolo con la “técnica del guante” mediante la que el ozono médico favorece la desinflamación y liberación miofascial de toda la musculatura de la mano.
También, la liberación de la charnela lumbosacra con técnicas similares ayudará al rendimiento de los corredores y saltadores.
Estos protocolos se basan en recuperar la elasticidad, el grado óptimo de tensión, la oxigenación y la capacidad antioxidante (tanto local como general) en músculos y articulaciones.
2ª Fase: Entrenamiento neuromuscular personalizado
Tras esta fase, el trabajo sobre protocolos de entrenamiento neuromuscular personalizado ayuda a establecer patrones ideales para cada individuo.
Referencias
[1] Emery CA, Pasanen K. Current trends in sport injury prevention. Best Pract Res Clin Rheumatol. 2019; 33: 3-15.