La ozonoterapia es una técnica terapéutica basada en el empleo del Ozono Médico como medicamento biológico, para el tratamiento de dolor crónico y otras enfermedades relacionadas con el daño celular provocado por el estrés oxidativo.
La ozonoterapia parte del principio de que la oxigenación es clave para la vida celular. Se usó por primera vez en 1840 como desinfectante. Más tarde, se empleó para tratar enfermedades infecciosas bucales, colitis ulcerosas, fístulas rectales…
El ozono puede ser administrado al organismo mediante infiltraciones locales (efecto localizado), o mediante vía endovenosa indirecta o en forma de enema (rectal) para actuar sobre la totalidad de nuestro organismo. Es una forma muy segura de estimular la biología y la capacidad regenerativa general del organismo. Contamos con un equipo multidisciplinar formado por médicos especialistas en el tratamiento del dolor, enfermeros y fisioterapeutas.
Alivio del dolor crónico: la ozonoterapia resulta ser una solución duradera para aquellas personas que buscan una alternativa no farmacológica al dolor.
Estimulación del sistema inmunológico, ayudando a combatir enfermedades y mejorar la capacidad del organismo para resistir infecciones.
Regeneración celular, contribuyendo a la recuperación de lesiones y a la mejora de la salud general de tejidos y órganos.
Estimula el flujo sanguíneo, lo que lleva a una mejor oxigenación de los tejidos y una mayor eficiencia en la entrega de nutrientes esenciales.
Las contraindicaciones de la ozonoterapia son prácticamente nulas. Se trata de un procedimiento médico seguro pero que se debe llevar a cabo bajo la supervisión de un médico con experiencia.
La ozonoterapia no conlleva ningún riesgo, desde luego muchos menos que cualquier medicamento de los que se recetan a diario.
Está demostrado científicamente que la aplicación del ozono médico mejora el aporte de oxígeno a todos los tejidos del organismo, por lo que es útil para enfermedades donde el riego sanguíneo está afectado, como la diabetes, las úlceras crónicas o los problemas de retina, entre otros. También se ha comprobado su efectividad como antioxidante celular, por lo que la ozonoterapia también está justificada en enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, desde la retinosis pigmentaria o el Parkinson, hasta el cáncer. Existen numerosos estudios publicados en importantes revistas científicas donde se evalúan los efectos de esta terapia en órganos dañados (riñón, hígado, corazón) y se demuestra su beneficio.
Son elementos clave en los procesos de “limpieza” de los radicales libres, que están implicados en el deterioro celular, además de en 200 enfermedades degenerativas. Los radicales libres son “la basura” celular, que se acumula hasta bloquear y destruir la maquinaria regenerativa de la célula.
El papel de la ozonoterapia es el de complementar los tratamientos habituales de la medicina tradicional, en enfermedades, a veces dramáticas, que no tienen curación.
El objetivo de la ozonoterapia es el de ralentizar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida sin asumir riesgos innecesarios. Como prueba de esta integración, es que en la UE hay unos 15.000 médicos aplicando la ozonoterapia. Sólo en un país como Alemania hay más de 8.000.
Además, la ozonoterapia es un excelente tratamiento preventivo, porque acondiciona nuestros órganos haciéndolos más resistentes ante un proceso adverso, por ejemplo, ante un accidente vascular (trombosis, embolia, infarto…)