La fibromialgia afecta a más mujeres, ya que se da en un 3,5% de las mujeres adultas, y sólo en un 0,5% de los varones.
El síntoma predominante de la fibromialgia es el padecimiento de dolor musculoesquelético generalizado, condición que suele acompañar de una comparsa de síntomas variados por el dolor de cabeza, la rigidez muscular matinal y la sensación de fatiga constante.
Los 2 criterios diagnósticos son:
Se considera dolor generalizado cuando están presentes las siguientes características:
Como otros factores diagnósticos se incluyen:
De las diferentes hipótesis que se barajan al respecto de las causas de la fibromialgia, vamos a tomar como referencia el modelo de Goldstein.
Según este modelo, hay individuos genéticamente predispuesto a poner en marcha una cascada de respuestas neurológicas y hormonales en situaciones de estrés para poder adaptarse a una serie de circunstancias.
Si estos individuos con vulnerabilidad genética, son sometidos a una determinada situación estresante o a la suma de varias, hace que el sistema de adaptación se sature y llegue a fracasar.
Así es que muchas veces hay un episodio concreto identificable en la vida del paciente, como causa del desarrollo de una enfermedad, una operación, un accidente, una separación, pero otras veces se trata de un cúmulo de pequeños estresores que se van añadiendo hasta el que el vaso se colma con una gota más.
Los fenómenos que observamos en la fibromialgia podrían ser las manifestaciones clínicas de este fracaso en el sistema de adaptación.
Las distintos causas que pueden hacer fracasar el sistema pueden ser de índole muy variada:
1. Factores biomecánicos: Hipermovilidad en las articulaciones, problemas ortopédicos (una pierna más corta que otra, una maloclusión), traumatismos, problemas posturales (desviación de la columna) y sobrecarga musculoarticular, etc.
2. Factores bioquímicos: Exposición a sustancias tóxicas, falta de producción de alguna sustancia por parte del organismo, procesos infecciosos (sobre todo virus), reacciones alérgicas, etc.
3. Factores psicológicos: Escasa habilidad para afrontar situaciones estresantes, depresión, ansiedad.
Es evidente que la fibromialgia es una dolencia cuya etiopatogenia parece ser multifactorial.
Quiere esto decir que las causas, lejos de estar claras, se presentan múltiples e interrelacionadas entre sí. Por lo tanto, y acorde con las publicaciones más recientes, creemos que el enfoque terapéutico de este tipo de pacientes ha de ser multidisciplinario, resultando interesante la articulación de un equipo conjuntado lo más perfectamente posible.
Es esta idea la que determina nuestro servicio de manejo clínico del síndrome fibromialgico. Una vez que los especialistas respectivos han descartado una causa orgánica evidente, y se diagnostica la fibromialgia, el paciente que es atendido en nuestro centro se evalúa en conjunto para establecer una estrategia, que será personal en cada caso, y que según la evolución se va a ir moldeando cada vez más.
El equipo que proponemos está compuesto por personal médico, fisioterapéutico y psicológico cualificados. Suele ocurrir que la farmacoterapia no resulta del todo suficiente para controlar el sufrimiento por dolor, imponiéndose en estos casos el complemento con otras terapias, y cada paciente se va a beneficiar más de una determinada propuesta terapéutica.
La educación del paciente con fibromialgia puede ser la piedra angular de su bienestar, y conceptos como higiene postural, ergonomía en el trabajo, educación física y respiratoria, adiestramiento en técnicas de control de la ansiedad, etc, pueden marcar la diferencia entre la desesperación y la felicidad. Proponemos por tanto un protocolo de trabajo basado en la visión conjunta del problema, pero donde cada parcela es evaluada en concreto por un especialista.
Si por ejemplo el paciente padece de cefalea crónica diaria, se habrá de diagnosticar y tratar de la manera más adecuada, basándose en diarios de cefalea, en escalas analógicas y en la topografía del dolor. Y si la patología temporomandibular se manifestase como primordial, ésta marcaría el inicio del tratamiento.
Igualmente, si un proceso ansioso- depresivo es el que domina el cuadro, habrá que establecer su prioridad terapéutica, con farmacología y apoyo psicológico. Ayudándonos de escalas y tests podemos medir los estados de depresión, ansiedad y dolor. Mediante el uso de diarios recibimos información continua sobre el modo de vida del paciente y sus implicaciones fisico-emocionales.
Toda esta información es evaluada y consensuada en equipo, y también con el propio paciente, en busca de una mejoría global. Se trata, en definitiva, de un trabajo conjunto para que ante una dolencia como es la fibromialgia, a veces bastante limitante, se puedan desplegar una serie de alternativas en pro de una mejor calidad de vida.
Hoy por hoy podemos decir que los esfuerzos que se realizan cada vez son mayores al respecto, pero la enfermedad en sí no tiene curación. Podría parecer un poco duro, pero existen formas de actuación. Con un equipo de profesionales y con el propio paciente, se pueden desplegar acciones para mejorar su calidad de vida e intentar frenar la evolución del proceso.
El paciente fibromiálgico ha de ser «llevado entre algodones», y creemos que necesita en torno así un equipo de profesional médico, psicológico y fisioterapéutico que, perfectamente ensamblados, no sólo den como resultado la mejora del paciente sino además el mantenimiento de los logros conseguidos.
Clinalgia apoya la fibromialgia a través de el Instituto de Apoyo a la Fibromialgia (IAF). El objetivo del IAF es coordinar recursos y ser un facilitador de los distintos proyectos y actividades que se puedan proyectar y organizar en torno a la fibromialgia e implicar a la población afectada por la enfermedad para darles apoyo. Conócenos!!!
Desde Clinalgia se realizaron los primeros manuales y decálogos de fibromialgia para pacientes médicos de atención primaria y para farmacéuticos.