dolor de cabeza - cefaleas

Normalmente, el dolor de cabeza se presenta con intermitencia variada, grados de intensidad y puede ir o no asociado a otra patología.

 

En la nueva clasificación internacional del dolor crónico, el dolor orofacial y cefalea es uno de los siete grupos. 

 

A menudo hay dolor de cabeza sin que coexista otra patología asociada. Son las llamadas cefaleas primarias, que no se asocian a ninguna circunstancia especial.

 

Sin embargo, el dolor de cabeza puede ir asociado y ser secundario a otro proceso.

 

Son las cefaleas secundarias (por ejemplo un traumatismo, un aumento de la presión dentro del cráneo -hipertensión intracraneal- o un tumor en crecimiento).

 

Tipos de dolor de cabeza más frecuentes

 

Según la IHS (Asociación Internacional para el estudio de las Cefaleas), hay más de 10 tipos de cefaleas primarias, pero nos referiremos a las más frecuentes: la cefalea tensional, la migraña y la cefalea en racimos.

 

Entre las tres son la primera causa de consultas en neurología y afectan al 46% de la población adulta.1

 

Con respecto a las dos primeras (cefalea tensional y migraña), mucho más frecuentes, una publicación del Instituto Neurológico Nacional Italiano refiere que “dañan significativamente la salud y el estilo de vida: casi todas las personas con migraña y el 60% de aquellas con cefalea de tipo tensional experimentan reducciones en las actividades sociales y en la capacidad de trabajo”.2

 

1.- Cefalea tensional

 

Según un trabajo de revisión publicado en 2015, afecta entre el 0,5 y el 4,8% de la población mundial.3

 

La cefalea tensional es el dolor de cabeza más frecuente. Como sucede con el resto de cefaleas primarias, aún queda mucho por conocer de los mecanismos íntimos que tienen lugar para que se produzcan y se cronifiquen estos dolores de cabeza.

 

Cuando se hace crónica suele limitar la calidad de vida de manera importante.

 

La sensibilidad al entorno y a las situaciones estresantes facilitarían que los dolores se agraven y se repitan cada vez con más frecuencia.

Este tipo de cefalea suele relacionarse con tensión en la musculatura, tanto de la región craneal (músculos que tapizan la superficie del cráneo) como de la región facial, mandibular y cervical superior.

 

El sistema muscular, altamente sensible al entorno, responde al estrés y se mantiene “en modo de defensa”, más tenso de lo habitual.

Esta circunstancia merma la circulación sanguínea y hace que en el músculo se formen bandas tensas que lo acortan y “puntos gatillo” que desencadenan dolores irradiados (dolor miofascial).

 

Con frecuencia, la medicación habitual deja de ser efectiva, y en el tratamiento es fundamental liberar la musculatura a base de pequeñas punciones e infiltraciones superficiales, bien con suero salino, con anestésico local, o más recientemente, con ozono médico.

Se trata de intervenciones muy poco invasivas y muy bien toleradas.

 

Los tratamientos farmacológicos son eficaces, pero han de estar bien controlados un profesional, ya que a menudo son causa de cronicidad y empeoramiento.

 

Lo ideal es el abordaje multidisciplinar por un equipo de varios profesionales expertos.

 

Hay que chequear que no coexista dolor en la articulación temporomandibular o su musculatura asociada, pues en ese caso se necesitarían otros tratamientos más específicos.

 

También es importante enseñar al paciente ejercicio físico adecuado, técnicas de control de estrés, higiene del sueño, etc.

 

 

2.- Migraña

 

Según una revisión de la Universidad de Noruega, un 11% de la población general adulta padecería migraña, generalmente incapacitante.4

La migraña cursa con crisis dolorosas que suelen afectar a media cabeza, de ahí su nombre (hemicránea: la mitad del cráneo). Es más frecuente en mujeres.

 

Los dolores suelen ser muy severos, pulsátiles, y además pueden acompañarse de náuseas, vómitos o hipersensibilidad a la luz y al ruido.

A menudo el enfermo se ve obligado a cesar cualquier actividad y tener que acostarse.

 

Las crisis se pueden preceder o acompañar de manifestaciones neurológicas que pudieran resultar extrañas o preocupantes para los pacientes (dificultad para articular palabras, sensaciones anestésicas o de hormigueo, visión de luces, pérdida de visión…).

En estos casos es imperativo realizar una revisión neurológica completa.

 

Aparte de la predisposición familiar, como factores desencadenantes podemos enumerar: el estrés, la bajada de defensas, la ingesta de determinados alimentos, la exposición a la luz solar, la inhalación de solventes, los cambios hormonales, las sobrecargas físicas, etc.

 

Cuando la migraña se hace crónica o se complica, puede limitar la vida de relación, causar trastornos afectivos, disminuir la autoestima e incluso producir deterioros cognitivos y de memoria.

 

Generalmente tienen buena respuesta a los tratamientos farmacológicos, y hay que evitar que el cuadro se complique o se extienda.

En estos casos, los expertos admiten que el tratamiento ha de ser multidisciplinar, personalizado para cada caso.

 

Han resultado más o menos eficaces tratamientos como la fisioterapia, el entrenamiento físico, las infiltraciones de puntos gatillo, los bloqueos nerviosos, determinados regímenes dietéticos, férulas oclusales o algunos suplementos alimenticios.

 

Incluso la ozonoterapia endovenosa, muy bien tolerada, se ha usado en pacientes refactarios a los tratamientos más habituales.5

 

3.- Cefalea en racimos o cefalea de Horton

 

Es mucho menos frecuente que las anteriores, pero es muchísimo más limitante.

 

El dolor suele ser muy opresivo, peri y retroorbitario, con síntomas como sensación de taponamiento nasal, calor en la zona de los pómulos o gran tensión occipiatal.

 

Se considera uno de los dolores más severos que se conocen.

 

Es más frecuente entre los 20 y los 40 años de edad, los accesos de dolor duran entre 15 y 180 minutos y pueden llegar a ser de una intensidad brutal.

Los brotes se agrupan en episodios llamados racimos.6

 

Los racimos suelen tener una aparición periódica, tendiendo a repetirse en determinadas épocas del año.

También es frecuente que los ataques de dolor se den en franjas horarias específicas, como a media tarde, después de comer, o de madrugada (cefalea del despertador).

 

Determinados medicamentos son de primera elección, y también son eficaces las aplicaciones de oxígeno medicinal.

 

En los casos más dramáticos se usan terapias invasivas, como bloqueos nerviosos, neuroestimulación o cirugía.

REFERENCIAS

  1. Stovner Lj,Hagen K, Jensen R, Katsarava Z, Lipton R, Scher A, Steiner T, Zwart JA. The global burden of headache: a documentation of headacheprevalence and disability worldwide.  2007 Mar; 27:193-210.

  2. Leonardi M,Steiner TJ, Scher AT, Lipton RB. The global burden of migraine: measuring disability in headachedisorders with WHO’s Classification of Functioning, Disability and Health (ICF). J Headache  2005; 6:429-440.

  3. Yu S,Han XU. Update of chronic tension-type headache. Curr Pain Headache  2015; 19: 469.

  4. Stovner Lj,Hagen K, Jensen R, Katsarava Z, Lipton R, Scher A, Steiner T, Zwart JA. The global burden of headache: a documentation of headacheprevalence and disability worldwide.  2007 Mar; 27:193-210.

  5. ClavoB, Santana-Rodriguez N, Gutierrez D, Lopez JC, Suarez G, Lopez L, Robaina F, Bocci V. Long-term improvement in refractory headache following ozone therapy. J Altern Complement Med. 2013; 19: 453-458.

  6. Weaver-Agostoni J. Cluster headache. Am Fam Physician.2013; 88:122-128.